Te
has preguntado, si el paraguayo es corrupto por causa de su ignorancia o es
ignorante porque es corrupto (?) Lo normal, es que la mayoría de las personas
apuntaran a la corrupción como un efecto del sistema educativo decadente, otros
(como yo) creen que la corrupción no es ni de lejos falta de educación.
Antes
que nada, no me refiero a la corrupción como sólo relativo a la clase política,
sino a la sociedad paraguaya en general; todos sabemos y fuimos testigos de
actos de corrupción alguna vez en este país y aun que la mayor parte de ellos
deriva de nuestros “representantes” no debemos olvidar que la nación en general
es parte de ello. Y esto obviamente es más notable en época de elecciones,
donde los mismos electores están más interesados en saber “cuanto” pagará el
candidato por su voto, que por cualquier falsa propuesta que pueda enunciar un
político, de hecho se han dado cuenta que casi ningún partido político
“importante” tiene un plan real de desarrollo para el país (?) quizá esto se
deba a que a los paraguayos no nos interesa los proyectos, sino la pequeña
propina que un ignorante esté dispuesto a pagar por nuestras conciencias; aun
sabiendo que éstos pagos son sólo una “inversión” para el político, pues de
todas formas lo recuperará con creces del dinero público.
Pero volviendo al tema del principio, es la corrupción fruto de una mala educación (?) o es parte de un déficit moral y ético del paraguayo (?), yo me inclino por la segunda opción, creo sinceramente que a pesar de que las falencias educativas sean responsable de la mayoría de nuestros males, la corrupción sin embargo no es parte de ella, claro que lo agrava considerablemente pero no encuentra sus raíces precisamente ahí.
Creo,
que la corrupción de nuestra gente se debe a una pérdida de valores morales y
una falta de conciencia o una incapacidad de pensamiento más allá de las
costumbres. Sí, creo que la corrupción de nuestra gente es parte de nuestra
costumbre; estamos tan acostumbrados a la compra de votos que nadie dice nada,
estamos tan acostumbrados a los planilleros que ya es normal que ocupen estos
cargos, estamos tan acostumbrados a todos los hechos de corrupción que para
ciertas personas es más fácil decir “así nomás son las cosas” como una especie
de fatalismo inmutable, o te acostumbras o no podrás “crecer” en este país,
estamos tan acostumbrados de que para conseguir empleo en ciertas funciones
aparte de tus aptitudes deberás estar afiliado a algún partido, de hecho no es
necesario ni siquiera tener aptitudes sólo basta y sobra ser de un movimiento
político dominante.
Y
como si todo lo anterior fuera poco, últimamente he visto personas con
formaciones académicas envidiables, con puestos admirables dentro de la
sociedad; incluso a jóvenes universitarios con buena “educación” y un futuro
prometedor, individuos que nacieron con más suerte que la mayoría de los
paraguayos, que al igual que todos los demás son capaces de lamer el piso por
donde pasa un político que es mucho más estúpido que ellos. Estoy seguro, que
ustedes también conocen a personas inteligentes, bien formadas que por poco no
es un “huerrero” más dentro de esta penosa estructura social. De ahí saqué una
conclusión básica, la corrupción no es fruto de una mala educación, sino de una
mala costumbre; y lamentablemente, las malas costumbres solo se pierden
observando buenos ejemplos.