El último jueves 14/11/13,
el senado rechazó el pedido de desafuero al Senador Víctor Bogado investigado
por supuesta estafa y tráfico de influencias, por el caso mediáticamente
conocido, eso a pesar de la inconformidad de los paraguayos.
Víctor Bogado; Fuente: Foto Difusión |
No era parte de mi intención
hablar de un tema ya tan saturado, pero mi indignación me lo exige, así también
como mi asombro.
De todos modos la decisión
de los 23, me causó un asombro inexplicable; es imaginable tal vez, todo tipo
de bajeza que se realiza en Senado a escondidas, pero negar el desafuero a un “colega”
investigado, es claramente antidemocrático y por sobre todo, fue un acto
público. Es increíble, que aun puedan actuar con ese cinismo sin un poco de vergüenza
por sus actos, y algunos llegan al extremo de tratar de justificar lo
injustificable.
Pero independientemente de la
indignación y del asco que da nuestra “clase política”, hay un foco de esperanza
que nace en el medio de la putrefacción de la política paraguaya, me refiero a la juventud deseosa de cambio,
con ese brío impetuoso que busca demostrar que no son el futuro sino el presente,
y también a un parte de la sociedad que demostró su indignación de un modo casi
inédito, impidiendo el ingreso de los 23 senadores, en ciertos locales
comerciales, gastronómicos e incluso bancarios, demostrando así el nivel de insatisfacción
de los paraguayos por tal medida.
Este parece ser, y me arriesgo
a profetizar, el nuevo Paraguay, puede ser el primer peldaño para alcanzar la
verdadera democracia en nuestro país, un país ya no sumiso a los políticos, un
país ya no obediente a la corrupción, un país que dejó de ser ciego ante las arbitrariedades
de los “representantes”. Quizás se note mi optimismo, pero es la primera vez en
la historia nacional desde el régimen democrático que se ha hecho este tipo de movimiento
y repudio a los Senadores. Y me arriesgo
a decir que no será el último.
Aun que hay mucho camino que
seguir para tan deseado Paraguay, el voto contra el desafuero, me pareció ser
un el primer paso que marcará el cambio de la sociedad paraguaya. Quizás dentro
de algunas décadas, se mire a este otro capítulo triste de nuestra historia y
se diga: Desde ahí todo cambió.
Soy consciente, que en el
futuro, habrá otros Victor Bogados, pero la sociedad ya no se lo hará tan fácil
pasar desapercibido. Tal vez, cuando ese momento llegue, todos los sectores se
plegaran a la marcha de “Renuncia Bogado”, cosa que lamentablemente no pasó a
pesar de la indignación nacional, pocos fueron los capaces de dar la cara por
mostrar su descontento. No hubo, apoyo de sectores sindicales, ni de
movimientos campesinos que se hayan incorporado a ese movimiento. Posiblemente por qué aun no entendemos el
concepto de voluntad general, y nítidamente nuestros “flamantes representantes”
tampoco lo saben.
Todos los países más
desarrollados, no llegaron donde están por que de un día para otro se eligió a
un excelente presidente o un grupo de intelectuales congresistas, si no que el
pueblo luchó por sus derechos, exigió, peleó y murió por legar una vida más
digna a sus descendientes. Llegará el día que los paraguayos se darán cuenta de
eso; tarde o temprano.
Por
Hugo D. Colmán ©