Ley de Alianza Público Privada (APP) ¿Beneficioso o destructivo?

Actualmente, se discute la aprobación de una nueva ley, mediáticamente conocido como la ley de alianza público privada (APP) Que prevé la participación del sector privado en la construcción o modernización de la infraestructura pública.


Hasta ahí todo se entiende, el problema empieza cuando justamente las cosas dejan de entenderse, ya que muchos sectores dan sentidos y alcances diferentes a la nueva disposición, hoy 28/10/13 podrá ser la fecha en que se apruebe o rechace el precepto legal.

La cuestión es, si se aprueba; ¿Será beneficioso o destructivo? La ley de de alianza público privado, aún es objeto de polémica, principalmente por los sectores sociales que se muestran contrarias a las disposiciones contenidas en la ley de APP,  sus principales críticas radican en el miedo a la privatización de entidades públicas vitales para un Estado constituido en gran parte por personas de escasos recursos. Eso significa, que los mismos entienden que la alianza entre el sector público y privado nada más es una manera de privatizar servicios públicos, como la educación, salud, generación, transmisión y administración de electricidad, además de prever, algo relativo a los recursos naturales.

El proyecto de ley, aun no se conoce en su integridad, por lo que afirmar una u otra cosa sería incierta.

Cabe también mencionar, que algunos legisladores se mostraron contrarios ya que presumiblemente la ley de alianza público privada, es una disminución de las atribuciones del congreso. Además de significar que se dota el Poder Ejecutivo de un superpoder al momento de negociar inversiones con el sector privado, con amplias facultades, entre las cuales se encuentra la de prescindir de las licitaciones.

De una u otra forma, siendo positiva o negativa le nueva disposición ya causo revuelo en distintos sectores, habiendo puntos a favor y puntos en contra. Como todo en la vida.

En mi punto de vista, y corriendo el riesgo de que me equivoque, YO, interpreto a la APP, como una coparticipación, del sector privado con el Estado en el momento de crear nuevas obras infraestructurales. Con lo que el sector público gana, en lo que se refiere a las obras vitales para la modernización del Estado y el sector privado gana, el derecho de explotar dichas infraestructuras como medio de recuperar la inversión. Lo que significa, que todas las entidades públicas no necesariamente se privatizan, sino que las obras creadas a base de capital privado estarán sujetas a una tasa por uso. (Posiblemente) Lo que no significa, que los servicios que son presumiblemente gratuitos actualmente  empezaran a ser pagos.

Un ejemplo, supongamos que el Estado Paraguayo, tiene planeado crear una asfaltado, y que para dicho emprendimiento, se utilice los medios previstos en la nueva ley.  El capital para la creación del proyecto podrá ser privado, o público-privado, con lo que da a entender que, el uso de la nueva ruta, será explotado de forma que se recupere los gastos efectuados por el sector privado. Ya que nadie invierte dinero donde no se obtendrá beneficios.

A partir de eso, se tiene en cuenta que la ley de alianza público privada, es una garantía de que el sector privado, podrá invertir en obras de infraestructura redituables, con lo que significa que podrá utilizarse en varios sectores, pero no en todos.

El debate de si es prejudicial o beneficioso para el país no terminará, ya que sólo se sabrá cuando efectivamente empiece a ver los resultados de su aplicación. Con lo que todos esperamos que sea positiva.

Lo cierto es que es una ley, que permitiría la modernización de la infraestructura del país (aparentemente) A parte de dar espacio al capital privado en sectores públicos. Cabe también mencionar a que existen ciertas contradicciones de la ley de APP, con la Constitución Nacional, con lo que quizás en el futuro, alguna empresa perjudicada por su asociación con el Estado podrá tal vez, imponer un recurso de inconstitucionalidad, lo que ciertamente acarrearía serios problemas.

Esperemos que dicha ley, sea lo que promete. 

Nada más peligroso que la influencia de los intereses particulares en los negocios públicos.  J.J Rousseau; El Contrato Social. 

Por:
Hugo D. Colmán ©