Todo es igual, ya no existe
buenos días; sólo días. Y al parecer no cambiará, no mejorará, todo seguirá
igual; así es la fría y triste monotonía.
A veces te esfuerza por
tratar de hacer que el día sea bueno, pero termina siendo un intento inútil, ya
que es otro día sin muchos colores.
Todos ya tuvimos un día
aburrido, un día monótono; sin cambios, sin aventuras, sin pasatiempos que
mejoren el humor.
Pero lo peor, es que una
relación sea abrazada por la corrosiva rutina, y la monotonía sin límites; ya
no es como antes, no hay la misma emoción y ni las mismas ganas de estar cerca
de esa persona. Incluso los mensajes que antes eran creativos, románticos y
llenos de “amor” pierden su esencia, pierden su magia.
Es una pena, que
generalmente en esa situación, apenas uno se esfuerza por innovar, por cambiar
y mantener vivo el fuego del nuevo amor;
mientras que la otra persona, espera que todo sea hecho por el primero. Es como
que si la primera tuviera una obligación de mantener la relación viva, mientras
que la otra de beneficiarse de su esfuerzo.
Si estas en una relación
así, tienes que darte cuenta de que no te conviene. Si tu eres, el o la que se
da cuenta que la relación se ha vuelto monótono y te esfuerzas por mejorarlo,
por cambiarlo, por mantenerlo “encendido”; mientras que tu “media naranja” no
hace nada para evitar que vuestra historia pierda su sabor, entonces es el
momento de pensar en ti mismo, y decidir si vale la pena tanto esfuerzo por
alguien que no hace nada.
Normalmente la rutina, sólo
ataca a relaciones que han durado mucho tiempo, y a personas que no saben innovar
o cambiar un poco las cosas. Todos corren el mismo riesgo, así que, seamos
creativos y al mismo tiempo exigente, pues ya no deberemos tolerar alguien que
no busca mejorar las cosas.
“Tú felicidad, depende
únicamente de ti, nunca de otra persona”
Por:
Hugo David Colman ©
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