Ya pasó, eso era antes, ya
no siento lo mismo, fue en el pasado. Son frases que te repites a ti mismo, con
la intención de convencerte que ya no importa lo que soportaste; es cierto, ya
pasó, aun que los recuerdos siguen vivos.
Superar, no significa
olvidar. De hecho nadie olvida, sino que finge olvidar, no busques demostrar a
terceras personas cosas que no son, ni trates de convencerte que el pasado se
pisa y se olvida; “si pisas tu pasado te pisas a ti mismo”.
El pasado es parte de ti, no
intentes desprenderse de algo que te hizo bien, ni olvidar lo que te hizo mal,
todo pasa por algo, cada error, cada acierto, cada lágrima y cada sonrisa de
ayer, supone el camino del presente; si no hubieras pasado por todas tus penas,
no serías quien eres ahora, ni conocerías las personas que actualmente forman
parte de tu vida.
No te esfuerces con olvidar,
ni use otras personas para el mismo. Date tiempo, no apresures lo que sucede
naturalmente.
Recuerda tus dolores, tus
miedos, tus lágrimas con alegría; parece estúpido, pero es la forma de seguir
adelante, aplicando las lecciones que aprendiste en el pasado. Si olvidas tu
pasado, estas condenado a repetirlo; recuerda con gusto tus errores, ríete de
tus tropiezos, pues por más que te hayan hecho caer son éstos los pasos que te
acercan a tus sueños.
Todos se equivocan, pero
sólo aquellos que lo reconocen prosperan, no ocultes tu lado humano, tu lado
sensible, tu lado vulnerable, pues todos lo tenemos y es de hipócritas actuar
como si nada hubiera pasado.
Así que, no temas tus
recuerdos, revívelos pero no te aferres al mismo, busque encontrar una lección
en cada caída que tuviste en tu vida, no olvides tus errores, no olvides tus
lágrimas, no olvides las cicatrices; no olvides tu pasado.
Por:
Hugo David Colmán ©
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