Ciertos dolores parecen eternos; ciertos amores decepcionan. Algunos sentimientos alegran, y pocos nos hacen felices.
Un llanto de tristeza, siempre es la expresión de un dolor profundo; donde no se observa sangre o heridas, más sí el tormento de un alma.
Es a veces imposible caminar estando solo, más aun cuando lo que te aflige, es la cara de la realidad que siempre te cuenta las verdades más incómodas. Duele; pero siempre existen otros caminos, dónde no se puede evitar el dolor, pero sí podrás atenuarlos.
La vida te dará muchas veces limones; y solo tendrás dos caminos para enfrentarlos, el primero es hacer una cara de amargo frente a las situaciones, y el segundo, hacer una deliciosa limonada de los problemas.
Muchas situaciones a que te enfrentas, son pruebas para dejarte cada vez más fuerte. Ningún problema se resuelve, sin dejarnos una valiosa lección que usaremos durante toda la vida. Nada es eterno, ni la vida, ni el amor, ni los sufrimientos.
Acuérdate que existen más motivos para sonreír que para llorar; que ninguna situación es insuperable, que todo mejora para quienes se proponen en mejorar. A pesar de las heridas del alma, el rostro aun sonríe, y nadie podrá echar a vuestra cara lo que no se ve en tu cuerpo.
Habrá siempre amigos falsos por tu camino; pero tú sabrás reconocerlos, siempre que tú no seas otro falso amigo. En tú vida entrará muchas personas, y aquellos que no te merecen saldrán de ella, los que se quedan son en aquellos que realmente podrás confiar.
No pierda la paciencia con Dios por causa de tus propias estupideces, no pidas más de lo que tú realmente mereces, Dios sabe lo que necesitas, en la medida que necesitas y en que momento lo necesitas; Dios nunca te abandona. Los pedidos que haces a Dios están listados y aquello que realmente mereces te será dado por el altísimo. No te olvides, de que cuando pidas fuerza a Dios, él te dará la ocasión para ser fuerte, cuando pidas amor, él te dará la oportunidad para amar.
Cuando tengas entendido, que ningún problema es imposible de solucionar, y que Dios siempre será un aliado tuyo. Jamás caerás en una derrota. Serás herido varias veces en esta vida; no te asustes cuando caigas, pues lo que realmente es pavoroso es no volver a levantarse. El que lucha por su sueño, un día lo realizará.
La desistencia es la única señal de cobardía; no muestres nunca señal de debilidad, muestra siempre tus fuerzas y las fortalezas que te protegen.
Continué tu peregrinación en ésta vida, tu camino es largo. No te canses temprano, pues al terminar tú jornada, habrá recompensa por tus actos.
Hugo David Colman M. ©