La historia nos demuestra,
que casi todos los pueblos o naciones tuvieron un momento de penumbra en sus
orígenes, un momento de luminiscencia en su apogeo y una destrucción completa
de la cultura durante su declinación.
Tengo amigos que consideran
que quizás la sociedad paraguaya, en su aspecto cultural estamos decadentes o
que actualmente nos encontramos en un proceso lento y continuo de decadencia.
Aun que eso parezca chocante, no me opondría a esas ideas.
No hace mucho, una
entrevista con la Ministra de Educación, Marta Lafuente que fue difundida en un
medio televisivo de alcance nacional, reveló cifras espeluznantes sobre la
educación paraguaya. En donde según la propia representante del ministerio
admitió que más de la mitad de los educadores del país no están capacitados
para estar en clase; cabe añadir que según las estadísticas proporcionadas por
el propio MEC, hay actualmente unos 70 mil educadores en el Paraguay, teniendo
en cuenta claro que un poco menos de la mitad tienen el derecho de ser
denominados de esa forma.
Lo expresado más arriba,
quizás de mayor sustentación a la idea de que nuestra sociedad está en
decadencia. Es absurdo que los ciudadanos paguen el sueldo a pseudo-maestros
que además de no tener competencia para encontrarse enseñando en las salas de
aulas del país, exigen derechos y compensaciones que sólo una pequeña parte de
los mismos realmente merecen. Lejos de mí, está generalizar, pues bien sé yo
que muchos docentes, tienen aptitud, carisma y una vocación admirable, tanto
que desde luego merecen el título de “maestros”.
Si efectivamente la sociedad
paraguaya estuviera en decadencia; cuál sería la mejor solución posible. (?) La
mayoría votaría por la educación como la mejor o quizás la única alternativa
para revertir este proceso; pero teniendo en cuenta el sistema educativo
paraguayo, se vislumbra con nitidez nuestra caída y posiblemente la de las
generaciones futuras también. Si formamos ciudadanos ignorantes, sin capacidad
reflexiva y crítica condenamos nuestro futuro dejando el Paraguay en manos de
gente incompetente como hasta ahora se está dando.
No hace mucho, estuve
leyendo un artículo de un blog, cuyo título era; Los Maestros: eran los de antes, en ese tópico el autor aborda con gran aptitud crítica comparativa el
sistema educativo anterior y el imperante hoy en día. Y unos de los puntos que
me agradó fue el que hacía referencia al apoyo incondicional que los padres
daban a los profesores, anteriormente; así cuando un alumno cometía una falta
en la escuela era producto de reproche y castigo tanto de los padres como de
los profesores. Hoy en día eso es completamente distinto ya que los padres,
están completamente a lado de sus hijos –para bien o para mal- en donde el
profesor no puede ejecutar un castigo, sin recibir critica de los padres o de
la comunidad. Anteriormente –mencionaba el mismo autor- los maestros, sin problemas hacían reprobar a
sus alumnos, y hoy en día si lo hace, correría el riego de ser sumariado por el
MEC por realizar mal el “proceso” de enseñanza-aprendizaje.
La sociedad paraguaya está
en decadencia, y como bien decía el Prof. Julio Verón profesor de Derecho
Político; “el paraguayo enfrenta un serio déficit de formación moral” con lo
que da a entender que nuestro principal problema está en la constitución moral
del ciudadano paraguayo.
Es cierto, que quizás yo sea
un pesimista, pero observando nuestra actual situación, poco a poco pierdo la
fe en nuestro Paraguay; quizás exista una solución para abrir el paracaídas
antes que esta caída libre sea irreversible. No me animo a exponer una posible
solución, pues esta labor esta mucho más allá de mis aptitudes.
Si el Paraguay
verdaderamente está en decadencia; es ésta una cuestión que vale la pena
discutir.
Por:
Hugo David Colman